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Érase una vez “un cuento de siempre acabar”, como reza el título de las memorias del escritor recién fallecido Medardo Fraile.  El cuento de siempre acabar… con los derechos y las igualdades de los más desfavorecidos. Como en un cuento, reflejo de las realidades más crudas, esta crisis ha reconciliado la des con la igualdad.

Estos días cuando se encuentra reunida la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU, abocada exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y el adelanto de las mujeres, y cuando acabamos de celebrar el 112 aniversario del Día Internacional de la Mujer, hay unos hechos constatables e incontrovertibles: la mayoría de las vías de solución que se van articulando contra la crisis, en la que toda la sociedad se encuentra inmersa, parecen estar alejándose cada día un poco más de los logros sociales y políticos en igualdad y derechos.

De tal forma, que España encabeza el aumento del desempleo femenino en la UE, que se multiplicó entre 2007 y 2011, pasando del 10,9% al 22,2%. Estas cifras, vistas en el contexto europeo, nos delatan que la cuarta parte de las mujeres europeas en paro son españolas, como se ha recogido en un informe de la UGT. Este informe entronca con The Global Employment Trends for Women 2012 (GET), publicado recientemente y que deja constancia de la tendencia global en el aumento de la brecha de género.

Entre 2002 y 2007 los índices económicos de empleo y desempleo mostraron una paulatina convergencia entre hombres y mujeres. Sin embargo, a partir de 2008 se constató un claro revés de esta tendencia.

El informe GET 2012  constata que  las políticas de austeridad, llevadas a cabo entre 2011 y 2012, han duplicado las previsiones de caída  del PIB en algunos países  y señala que los 29 millones de empleos netos perdidos a nivel global no pueden recuperarse por el momento. A ello se añade la estimación a la baja del crecimiento global del PIB por parte del Fondo Monetario Internacional  (FMI), que ha llevado a la Organización Internacional del Trabajo (OIT)  a predecir que en 2013 podrían perderse 2,5 millones de empleos adicionales.

En clave de mujer, estas cifras significan la destrucción de 13 millones de empleos para ellas y unas perspectivas muy poco alentadoras: no habrá una reducción significativa del paro femenino hasta 2017. Y ello sucede justamente cuando se estaba consolidando la progresiva integración de las mujeres en el mercado laboral.

Si tenemos en cuenta que el informe GET 2012 demuestra con datos y cifras que la reducción de la brecha de género mejora significativamente el crecimiento económico y los ingresos per cápita, es más necesario que nunca aplicar políticas que desafíen la línea trazada hasta estos momentos.

Porque remedios existen. Y todos lo sabemos. Una de las vías que inciden en la igualdad es la economía social responsable, en la que, entre otras, las alianzas público-privadas son puntales para impulsar el crecimiento mediante la promoción del talento femenino.

Prueba de ello es que Michelle Bachelet, hasta ahora directora ejecutiva de ONU MUJERES y ex presidenta de Chile, ha promovido la integración de la mujer mediante alianzas público-privadas como un acuerdo entre ONU Mujeres y Coca-Cola Company para desarrollar iniciativas de empoderamiento de microempresarias en distintas partes del mundo  Otro acuerdo se firmó con Microsoft para adaptar la tecnología móvil con el fin de denunciar y prevenir casos de violencia de género, y un tercero con alimentos Kraft para conseguir financiamiento con el objetivo de realizar programas de liderazgo femenino en Medio Oriente.

Esta estrategia, innovadora en organizaciones como la ONU, es aplicada también en algunas (pocas)  entidades, como el ICO (Instituto Catalán de Oncología), donde el programa “Convivir con el cáncer” promueve alianzas con empresas y entidades para ofrecer servicios de soporte a los pacientes, y donde la implantación de planes de igualdad y plataformas multidisciplinarias aumentan la competitividad y el bienestar de los profesionales en tiempos de crisis.

Si sumamos talento y valores, y conseguimos llegar a un nuevo pacto social del siglo XXI mediante la responsabilidad social evitaremos “un cuento de siempre acabar”…con los derechos de los más débiles.

Pero no hay cuento que valga. El mundo tiene que hacer frente a muchos desafíos y es hora de involucrar a las mujeres en la búsqueda de soluciones.

Una divertida puesta en escena de Henrietta Swan Leavitt, la astrónoma estadounidense que estudió las estrellas en una época en que las mujeres ni tan siquiera pudieron matricularse en la universidad y mucho menos dedicarse a algo que no fuera ser maestra, costurera, criada o cuidar de su hogar.

Sin embargo, Edward Charles Pickering, un profesor de física del Massachusetts Institute of Technology (MIT) que adoraba cualquier experimento que conllevara un proceso de medida, director del Observatorio de Harvard, realmente pasó a la historia por contratar a mujeres. ¿Por qué contrató Pickering a mujeres? Se trataba de una cuestión de pura rentabilidad empresarial: las mujeres resultaron ser extraordinarias realizando este tipo de trabajo. Eran sistemáticas, meticulosas, muy habilidosas clasificando estrellas, contaban con una gran capacidad de concentración y, además, cobraban mucho menos que un hombre por el mismo puesto (en esto tampoco se ha evolucionado mucho). Al igual que de una computadora, no se pedía más de esas mujeres que la mera compilación de medidas y datos. No se pretendía de ellas la más mínima interpretación de los números que, día tras día, iban llenando sus cuadernos: columnas y columnas de datos estelares que iban conformando un nueva visión del universo.

Encontraréis el video en:

http://henrietta.iaa.es/c%C3%B3mo-comenc%C3%A9-con-el-diario

Dice la definición sobre Igualdad de oportunidades para mujeres y hombres que “indica la ausencia de barreras en la participación económica, política y social por motivos de sexo. Estas barreras son a menudo indirectas, difíciles de distinguir y provocadas por fenómenos estructurales y representaciones sociales que han demostrado ser especialmente resistentes a los cambios.”

Desde hace varios años Europa y Estados Unidos han desarrollado iniciativas dirigidas a promover la igualdad de género en la investigación. Inicialmente se puso énfasis en programas específicos orientados a ayudar a las mujeres a continuar su carrera científica. Sin embargo, se ha evidenciado que dichos programas son insuficientes para incrementar el número de mujeres en la ciencia, especialmente en puestos de responsabilidad, por lo que se ha empezado a  abordar una transformación estructural de instituciones, empleando un enfoque sistémico, global y sostenible.

En España se publicó en el último trimestre de 2011 dos informes, que pretenden poner de manifiesto que un sistema productivo ambicioso y competitivo no puede prescindir de la mitad del talento que tenemos en nuestro país. Se trata del “Libro Blanco: Situación de las Mujeres en la Ciencia Española” y de “Científicas (en España) en cifras 2011”, ambas elaboradas por la Unidad de Mujeres y Ciencia, dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad. En ellos se revela que en los escalones más altos de la carrera científica y empresarial, el número de mujeres está prácticamente estancado y no refleja en absoluto la nómina disponible de mujeres preparadas. “Hay menos mujeres en los cargos de alta responsabilidad (sólo un 10%) porque es un trabajo durísimo que exige dedicación completa y donde la conciliación familiar es difícil, sobre todo en España”, opina Aurora Pujol, jefe del grupo de Enfermedades Neurometabólicas del IDIBELL, el centro de investigación del espacio Biopol’H. “En otros países, sobre todo, los países nórdicos y Alemania, el porcentaje es más alto, porque la conciliación familiar y la igualdad de las mujeres son intrínsecas de estas sociedades”.

Según los datos recopilados, los hijos parecen ser claramente un obstáculo a la carrera académica de las mujeres, mientras que este conflicto no se produce de ninguna manera en los hombres para quienes la tenencia de hijos incluso la favorece. “No es fácil ser madre y no frenar el ritmo de trabajo. La época de la maternidad te puede hacer perder el tren del liderazgo en tu carrera profesional”, opina Conxi Lázaro, jefe de la Unidad de Diagnóstico Molecular del Programa de Cáncer Hereditario del Instituto Catalán de Oncología (ICO), otra de las entidades del espacio Biopol’H. “A ello se añade la falta de ayudas institucionales y estatales que apoyen a las mujeres investigadoras en esta etapa de la vida”.

Otro aspecto que llama la atención son las diferencias por género en la participación en programas de becas pre y postdoctorales. Las mujeres disfrutan del 50% de las becas pre doctorales, pero el éxito en las concesiones ha sido mayor en los últimos años para los varones que para las mujeres. En las becas postdoctorales la presencia relativa de mujeres en estos programas, así como el éxito en las concesiones es menor  para mujeres que para hombres.

Si medimos la productividad científica, las mujeres publican menos que los hombres en términos de artículos y dirigen menos tesis y tesinas. “El área en el que nos movemos es extremadamente competitiva. Es una guerra y creo que las mujeres no están dispuestas a pagar según qué precio”, opina Margarita García, Responsable de la Unidad de Investigación Clínica del ICO.

En el Libro Blanco, los datos analizados y explotados permiten dar cuenta de ciertos hechos, pero en la mayoría de los casos no permiten concluir de modo explícito cuáles son las causas que determinan las diferencias por género encontradas.

Las opiniones expresadas por las científicas de Biopol’H, como la de Soledad Alcántara, investigadora principal del Grupo de Desarrollo Neuronal del Campus de Bellvitge de la UB, nos pueden dar pistas de algunas causas: “Muchas actitudes, a priori positivas, son consideradas negativas cuando las exhibe el género femenino, como por ejemplo tener las ideas claras y fijarse un objetivo”.

En España se ha avanzado mucho en cuanto a políticas de género en investigación gracias a iniciativas en todos los ámbitos. En el marco de la Red de parques científicos y tecnológicos de Catalunya, de la que Biopol’H es miembro activo, se llevó a cabo durante 2 años el proyecto Fem Talent de gestión del talento femenino e igualdad de oportunidades. Esperemos que estas iniciativas como otras similares tengan su continuidad en la sociedad para que se cumpla el objetivo planteado en Europa: que en 2030 la mitad de los científicos y los responsables de la política científica, en todos los campos y en todos los niveles, sean mujeres.