Archivos para el mes de: diciembre, 2011

Despidámonos del genio solitario. Edison no fue ni de lejos la única cabeza que ideó la bombilla,  el fonógrafo y los más de mil inventos que patentó. La bombilla, símbolo de la innovación, nace de la colaboración y en el marco de la interacción.

El modelo newtoniano del universo nos dejó como herencia una percepción fragmentada de la realidad. El modelo de la física cuántica, por el contrario, hace énfasis en la visión de un mundo  complejo, con conexiones  de diferentes tipos que se alternan o se trasladan o se combinan y determinan la estructura del todo, tal como lo expuso Heisenberg, autor del teorema  de la incertidumbre.

Para cohesionar y afrontar esta realidad compleja e inestable necesitamos una mirada holística y relacional, que no malgaste la energía y el tiempo en fabricar muros, sino que la canalice hacia la construcción de puentes. En un mundo turbulento como hoy, cuando se cumplen 50 años de la construcción del muro de Berlín, necesitamos  superar tendencias excluyentes y separatistas, necesitamos parar de describir tareas para facilitar procesos.

En este contexto cambiante y altamente competitivo, la innovación abarca todos los campos, desde las ideas, a los servicios y la gestión. Si, además, tenemos en cuenta que la innovación exitosa se basa en un 30% en el “qué” (visión) y en un 70% en el “cómo” (valores), se impone el liderazgo basado en valores, que hace referencia al necesario manejo de los aspectos humanos.

Poder competir en un entorno complejo, aunar voluntades y gestionar la incertidumbre  requiere de un nuevo liderazgo estratégico, responsable y facilitador, basado en un diálogo sobre valores para entender y aplicar conocimientos y generar confianza para introducir cambios.

El papel del nuevo liderazgo radica en propiciar un clima que aliente la diversidad y promueva la sinergia, en el que el desacuerdo no sea sinónimo de deslealtad, en el que se revisan y cuestionan permanentemente los paradigmas, con la certeza de que son  las personas que determinan la capacidad de la organización para enfrentarse al futuro.

Estamos hablando de una nueva tendencia en un mundo cuántico alejado del equilibrio, en el que se combina el orden y el caos, en el que coexisten la inestabilidad, la tensión, el conflicto y el riesgo con el aprendizaje continuo, por medio del cual pueden crearse y descubrirse futuros no conocidos.

 

Compartir es la clave de la nueva sociedad de conocimiento. En el Forum Fem.talent, que se celebró el pasado viernes, 2 de diciembre en Barcelona y donde se puso de relieve el papel de la mujer en la transformación de este sociedad, que está viviendo ya actualmente una revolución. Como dijo la rectora de la Universidad Ramon Llull, Esther Giménez-Salinas , cuando estás en medio de la revolución no eres consciente de ello. A posteriori, cuando ya se tiene una perspectiva de lo acontecido, es cuando se puede evaluar los cambios revolucionarios. Durante el foro también se suscitó la necesidad de transformar la sociedad para que, tanto hombres como mujeres, compitan menos y colaboren más, para que se crean más redesv y se eliminen más eslabones perdidos.

Como mi último editorial de Biopol’h, así como muchos otros, enlaza con el concepto de colaborar y compartir lo publico a continuación:

“Pensad como personas de acción, actuad como personas pensantes”. Fue Thomas Mann quien pronunció esta frase, que muy bien se podría haber aplicado a la edición de Bioàgora 2011.

Crear, compartir y aplicar el conocimiento ha sido este año el leitmotiv de Bioàgora, el mismo que se recoge en el libro de Thomas Davenport y Laurence Prusak sobre la gestión del conocimiento y la necesidad de las empresas de compartirlo y aplicarlo a escala mundial, titulado “Conocimiento en acción”.

En un mundo globalizado ya no sirven las herramientas y soluciones de antaño, ya no podemos aplicar los patrones mentales que teníamos hasta ahora. Ya no vale el “hacer por hacer, sino el hacer para transformar, transformarnos nosotros, nuestro entorno inmediato (grupo) o el entorno más general (sistema)”, como decía Pere Monràs, vicepresidente de la Fundación Cercle per al Coneixement.

Es el momento de transformar el conocimiento en pensamiento, y el pensamiento en riqueza a través de la acción y la interacción. Es el momento de un cambio de actitud en las personas, organizaciones y gobiernos. Es el momento de crear una red de profesionales y empresas para que se añada valor a la economía y a la sociedad mediante la creatividad y el hecho de compartir.

Compartir es un verbo de acción que está codificado en nuestro genoma humano. Decía el neurólogo, José López Barneo, ponente de las jornadas, que nuestro sistema nervioso nació para movernos. Una neurona no es una simple célula orgánica, sino un procesador biológico eléctricamente excitable y muy poderoso. Una neurona, al compartir señales químicas con las que la rodean es capaz de integrarse en redes más significativas que la mantienen viva y activa. Estos grupos de neuronas forman redes ampliamente interconectadas. Es decir, nuestro cerebro fomenta la idea de compartir por su propia naturaleza.

Según Isaac Mao, el autor de un nuevo concepto llamado “sharisme” (compartición), nos enfrentamos a un cambio de actitud en las personas, en las organizaciones y en los gobiernos, una reorientación de los valores que transformarán nuestra sociedad en un cerebro social superinteligente, un híbrido interconectado de personas y redes sociales.

El cambio basado en el conocimiento y la innovación está en la base de la historia de la Humanidad. En estos momentos de crisis sistémica, la especie humana se someterá a un cuestionamiento general del que surgirán nuevas formas de entender, conocer y organizar, según el antropólogo Eudald Carbonell, que compartió en Bioágora con López Barneo el diálogo sobre el pensamiento crítico. Carbonell incluso llegó a predecir que esta crisis sistémica incidirá en la estructura fisiológica del ser humano.

En resumen, como decía Pere Monràs, en la sociedad del conocimiento, en los tiempos de cambio e incertidumbre, la cuestión es compartir para transformar.