Con la reciente Estrategia Europa 2020, el crecimiento inteligente, sostenible e integrador se constituye como objetivo estratégico en todo el espacio europeo. En este contexto, los Parques Científicos y Tecnológicos son instrumentos claves y ejes vertebradores de la política de competitividad, contribuyendo al desarrollo de las regiones y a una mejor capacidad de innovación empresarial. Los parques científicos y tecnológicos han estado desde su creación, en 1951, un instrumento de fomento de la innovación, que se ha desarrollado durante más de 60 años y que ha sido probado y evaluado en diferentes etapas y coyunturas económicas y en más de 70 países diferentes.

El impacto de los Parques Científicos y Tecnológicos del Estado español sobre la economía y competitividad se refleja en los datos publicados por APTE (Asociación Española de Parques Científicos y Tecnológicos de España), que ofrecen un resultado muy positivo en aspectos como la ocupación y la facturación. Según este estudio, durante 2011 los parques de APTE han incrementado un 8,9% el número de entidades, superando la cifra de 6.000 empresas instaladas en sus recintos. La facturación ha aumentado considerablemente, situándose en un 8,2% por encima de los valores del año anterior. La ocupación también ha crecido en el año 2011 y se sitúa en 154.187 personas, un 6% más que en el 2010. El 18,4% de los empleados en los parques científicos y tecnológicos se dedican a tareas de I+D. En total, 28.384 personas que representan aproximadamente el 13% de la ocupación en I+D en España.

Sin embargo, la curva de aprendizaje de los Parques Científicos y Tecnológicos es larga y su fase de crecimiento, desde la toma de decisión de su lanzamiento hasta mostrar los primeros resultados, puede durar entre 5 y 10 años.

En escasamente tres años desde su constitución, Biopol’H, en una coyuntura económica y social muy adversa, ha promovido un cambio cultural hacia un nuevo sistema productivo, estableciendo puentes entre las entidades públicas generadoras de conocimiento y el mundo empresarial y tejiendo una red de relaciones entre la administración pública, las entidades sociales más relevantes de la vida económica de L’Hospitalet, así como con sus socios internos como el ICO, IDIBELL, HUB, UB e IBEC y socios externos como por ejemplo La Salle Technova, Colegio de Médicos y con otros parques científicos de Cataluña. A resultas de estas interrelaciones se han producido diversas oportunidades de negocio que han culminado en la creación de algunas spin-off dentro del espacio propio de la bioincubadora. Algunas de ellas incluso han llegado ya a participar en empresas de alcance internacional, como es el caso de VCN Biosciences y Grífols.

Los parques científicos son un modelo comprobado, que en el caso de Biopol’H ha dado excelentes resultados. Seguramente existen otros modelos. Reconfortaría que alguien tuviera el valor de proponerlos.